Lluvia de ideas o brainstorming

Un brainstorming o lluvia de ideas es una herramienta utilizada para aprovechar los conocimientos y creatividad de un equipo de trabajo, con el objetivo de generar ideas alrededor de un tema en concreto, fomentando un ambiente colaborativo y libre de críticas.

Si nos focalizamos en la gestión de proyectos, la lluvia de ideas tiene varias aplicaciones:

¿Cómo organizar una lluvia de ideas?

Elegir los participantes adecuados

Obviamente lo mejor es invitar a personas que tengan conocimiento y experiencia en el tema sobre él que se quiera hacer la lluvia de ideas, de esta forma se van a conseguir mejores resultados. Aunque, a veces, invitar a personas ajenas al tema puede dar también buenos resultados, principalmente cuando se quiera conseguir nuevos puntos de vista o ideas totalmente diferentes a las usadas. En una de las empresas para la cual trabaje se hacía pasar a todo el personal por delante del producto para generar ideas de reducción de coste.

organizar una lluvia de ideas

La cantidad de personas a invitar puede ser muy variable, normalmente 5-6 puede ser un buen valor. Involucrar a mucha gente puede hacer que sea difícil gestionar brainstorming; poca, va a limitar la cantidad de ideas que van a salir.

Clarificar el tema a tratar

Cuando empieces una lluvia de ideas es importante clarificar el tema a tratar y el objetivo que se persigue. Asegúrate que todos los asistentes entienden el problema y lo interpretan de la misma forma.

Habitualmente se usa una pizarra o un papel grande para ir escribiendo las ideas que van saliendo, por lo que una forma de clarificar el tema es escribirlo en el soporte que se use. De esta forma los asistentes lo tendrán presente durante la sesión.

Para evitar que brainstorming se salga de control, es importante que el moderador mantenga el foco en el problema a tratar, parando a los asistentes cuando vea que las propuestas están saliéndose del objetivo.

Establecer reglas

Una premisa básica de cualquier lluvia de ideas es que los asistentes puedan opinar libremente, para ello es bueno establecer unas reglas básicas:

  • No se puede criticar ni discutir las ideas de otros participantes
  • Se debe priorizar la calidad de las ideas más que la cantidad
  • Definir la forma de dar las ideas: organizada por turnos o de forma desorganizada
  • La presentación de ideas debe tener un tiempo asignado, siendo posible dividir este en varios periodos, como se comentará más adelante.

Hacer cumplir estas reglas es tarea del organizador y, especialmente la primera, son importantes para crear un ambiente colaborativo y garantizar que los participantes no se sientan coaccionados o tengan miedo de decir alguna idea.

Generación de ideas

Una vez tengas el equipo, se trata de empezar a generar ideas entorno al asunto a tratar, pero primero se debe asignar a una persona la tarea de ir anotando estas en una pizarra o tablero. Las ideas deben anotarse de la misma forma en que se han formulado, o si se resumen, asegurando que estas mantienen el significado original. En la parte final del brainstorming o entre periodos ya habrá tiempo para clarificar las ideas.

En esta fase de la lluvia de ideas, el organizador debe asumir el rol de facilitador. Manteniendo el turno de palabra, si se ha decidido así, y controlando el tiempo total y por idea para evitar que brainstorming se vaya de las manos.

Parte del trabajo del facilitador es fomentar la participación de todos, sobre todo si no se han definido turnos de participación, así como fomentar la creatividad de los participantes mediante preguntas abiertas: ¿Alguien tiene experiencia en este punto? ¿Qué haríais si fuerais nuestro cliente? Etc.

La ventaja de mantener los participantes activos es que las mejores ideas suelen salir al cabo de un tiempo, ya que al principio se suelen dar ideas ya conocidas o generales. Las cuales pueden ayudar como base para plantear las ideas más nuevas y originales. Para ello es también recomendable organizar brainstorming en base a tandas de ideas, revisión y proponer nuevas ideas.

Clarificación de ideas

El último paso de la lluvia de ideas es su clarificación. De esta forma se pueden detectar las ideas que son iguales (descartaremos las repetidas) y cuales pueden ser las que parecen más prometedoras.

Las más prometedoras son las que se desarrollarán y constituyen el resultado de la lluvia de ideas.

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